Allí donde un anciano lucha por inhalar su última bocanada de aire,
allí estoy yo para negárselo y regresarlo a la oscuridad de origen.
Allí donde un coche se incendia y sus ocupantes quedan atrapados en el
interior de metal, ahí estoy yo, esperando que el fuego acalle los
últimos gritos.
Allí donde un desesperado se arroja a través de la
ventana de un décimo piso, allí estoy yo, esperándolo con los brazos
abiertos para guiarlo hacia su Última Verdad.
Como seguramente habrán adivinado, yo soy la Muerte.
Tal vez el mío no sea el mejor trabajo del mundo, pero al menos lo cumplo con suma eficacia. Y me siento orgulloso por eso.
Durante uno de mis escasísimos tiempos libres –son microsegundos- una figura encapuchada que empuña una guadaña me viene a ver.
-¿Qué hacés?- me grita-. ¿Qué carajo creés que estás haciendo?
-¿Yo? Nada. Mi trabajo. Yo soy la Muerte.
-Pedazo de nabo, qué decís, YO soy la Muerte. Vos no sos más que un espíritu errante que…
Le quito la guadaña y lo acallo de un guadañazo que le vuela la cabeza.
El mercado laboral está jodido, y no voy a permitir que cualquier esqueleto con capucha venga a quitarme el puesto.
informacion extraida de:http://www.666cuentosdeterror.com/
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